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El enfoque de género y no discrimnación es un requisito para la adjudicación de fondos públicos por parte de las instituciones de educación superior. Para comprender la importancia de transversalizar esta temática a nivel institucional, conversaremos con María Ormazabal, la Directora del Programa de Género de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM).

Cuando se habla de transversalizar el enfoque de género, ¿cómo se ve reflejado en la formación estudiantil?, por ejemplo, en las mallas curriculares, las herramientas que se le otorgan a los estudiantes para un análisis crítico de sus propias áreas de estudio

Sin duda que la transversalización del enfoque de género en la formación académica del estudiantado es fundamental para lograr las transformaciones culturales que se esperan que ocurran en la sociedad, en aquel momento en que nuestros estudiantes egresan y se desempeñan en el mundo laboral.

Por lo tanto, necesitamos formar no sólo profesionales, sino también ciudadanos y ciudadanas que se desenvuelven de manera íntegra en sus espacios laborales, donde el género sea una variable importante en su desempeño laboral, velando y resguardando la equidad como característica principal.

Transversalizar el enfoque de género en los planes de estudio no es una tarea muy simple, puede sonar a obvio, sin duda lo es, pero también tiene sus complejidades porque el entendimiento y la comprensión de la temática de género debe generarse en todas las disciplinas.

En el caso de nuestra institución, la UTEM, hoy día se cuenta con asignaturas que desarrollan y fomentan el sello institucional en los planes de estudio y que contempla la perspectiva de género. Existen cursos electivos de formación general en derechos humanos, ciudadanía, por ejemplo.

Lo que tenemos que hacer para lograr que esto ocurra en los planes de estudio es generar programas, planes de capacitación con nuestro profesorado. Esto no va a ocurrir de manera automática, tampoco todos los y las docentes van a estar preparados o capacitados en la incorporación de la perspectiva de género en su asignatura. Por lo tanto, es muy importante que las instituciones generemos programas de inducción y capacitación para que nuestro profesorado esté preparado, habilitado y tenga las competencias para que esto ocurra de buena manera.

¿Cómo se puede transversalizar el enfoque de género en el área administrativa de las universidades?

La perspectiva de género no sólo debe permear la formación académica de nuestro estudiantado, sino que también debe permear en la gestión administrativa, eso es muy importante. La gran mayoría de las instituciones de educación superior del país, la nuestra incluida, están en procesos de implementación de sus políticas de género.

Nosotros hemos logrado avanzar con algunas acciones afirmativas que van en esa línea, por ejemplo, incorporar la variable género en el otorgamiento de los títulos de grados académicos. Hasta hace un tiempo atrás los títulos se entregaban con el genérico masculino, una persona que estudió ingeniería comercial, una mujer, recibía su título de ingeniero comercial, es muy importante hacer esta visibilización, entonces hoy día ese título debe decir ingeniera comercial.

Por otro lado, se inició hace un par de años un mecanismo de ingreso especial por equidad de género en aquellas carreras subrepresentadas, es decir, en aquellas carreras donde la matrícula femenina es inferior al 50%. Se generó esta iniciativa precisamente para fomentar el acceso de las mujeres en aquellas carreras que son mayoritariamente masculinizadas.

También tenemos la normativa que establece la conciliación entre la vida y los mundos del trabajo, estudio y tareas de cuidado. Eso hoy día varias universidades lo contemplan y es una forma de corresponsabilizarnos como institución de educación superior en las tareas de cuidado que le permitan a nuestras estudiantes y a nuestros estudiantes, padres y madres, compatibilizar y que no sea un obstáculo a su desarrollo como estudiante este hecho.

Por otro lado, tenemos la normativa del uso de nombre social, las universidades en general han avanzado en aquello, el cual que tiene que ver con reconocer y respetar aquellas personas que están transitando en un género y que por lo tanto la ley antidiscriminación en este país nos avala para que este mecanismo se puede implementar en las instituciones de educación superior.

A pesar de estos avances, todavía existe un margen en el cual debemos progresar como institución universitaria, ejemplo de aquello es implementar las medidas que acabo de explicar en el resto de la comunidad universitaria, en el estamentos académico y funcionarios.

Además, también hay que avanzar con respecto al impacto de esta política de género recientemente aprobada en materia de reglamento, carrera académica, normativas de gestión y desarrollo personal, vinculación con el medio, investigación, etcétera.

Uno de los avances que mencionó es la conciliación entre la vida estudiantil y el mundo laboral y/o tareas de cuidado, también conocida como conciliación con corresponsabilidad. ¿Qué es exactamente esta iniciativa? ¿Por qué es importante desarrollarla? ¿Qué acciones se han realizado en su institución?

Hasta no hace mucho tiempo atrás, si una estudiante de educación media o básica quedaba embarazada esa estudiante no podía seguir estudiando, se interrumpía su proceso educativo por este hecho. Luego se aprobó una normativa por el Ministerio de Educación que rompía con esa práctica y por lo tanto le garantiza el derecho a la educación a aquellas estudiantes.

De alguna manera, el romper con esa práctica es una acción que va en la línea de la conciliación y la corresponsabilidad, es decir, el hecho de ser padre o madre, de asumir tareas de cuidado y/o de crianza, ya sea de hijos, hijas  menores de edad o el cuidado de personas adultas mayores, no debe ser y no puede ser, un obstáculo para que las personas puedan continuar con su vida estudiantil, laboral o académica o de investigación.

Un ejemplo, ante el prenatal era de tres meses y se pasó al pre y posnatal de seis meses, con la posibilidad de extenderlo al año con ciertas condiciones en la remuneración. Sin duda, estas medidas rompen con una práctica absolutamente disruptiva en materia de conciliación de la vida familiar con el mundo laboral, o en el caso de la educación superior, de estudio e investigación

Entonces tenemos que avanzar en medidas que permitan conciliar esos mundos, que permitan eliminar estas barreras, evitar un obstáculo para el desarrollo profesional de personas que son padres o madres. Fíjate que para muchas académicas mujeres el avanzar en su jerarquía académica, llegar a la titularidad de la jerarquía académica o avanzar en publicaciones de proyectos de investigación, se veía obstaculizado cuando estaban en periodo de crianza o en proceso de aquello.

Esto ocurre porque no están en igualdad de condiciones respecto a sus pares varones, entonces esta es una manera de asumir la corresponsabilidad institucional como una responsabilidad social por parte de las instituciones de educación superior. Es hacerse cargo de que esos ciclos vitales que viven las mujeres estén contemplados con mecanismos que permitan evitar que esa etapa sea una barrera para su desarrollo, a la vez que fomentan la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres.

¿Cómo ha sido la recepción de las comunidades ante las políticas que han implementado?, ¿cuales son los canales necesarios para llegar a esas comunidades y que  estas políticas sean concientizadas?

Yo diría que sin duda la recepción de la comunidad universitaria ha sido muy positiva, esperanzadora, porque de alguna manera abre un futuro posible, mejor aspectado de lo que habían sido las prácticas anteriores. También hay una expectativa importante en relación a cómo van a resultar estas políticas de género, estamos en una etapa incipiente todavía, por eso mismo tenemos que ser capaces de responder a esas esperanzas de buena manera.

En ese sentido, es importante señalar que estas políticas de género no se logran de la noche a la mañana, requieren de un período de instalación, una etapa gradual de generación de mecanismos, de mucha coordinación entre las distintas unidades de las instituciones para que se puedan ir materializando.

Están asociadas a los planes de desarrollo estratégico en general, por lo que yo he visto de las otras instituciones también. Por lo tanto estamos hablando de un horizonte de aquí a 5 o más años, en que vayamos materializando las iniciativas y logrando los cambios que esperamos, los cuales son garantizar la igualdad y la equidad de género en las instituciones de educación superior.

Aquí me gustaría resaltar algo muy importante, para que estos cambios sean factibles, hay que generar un cambio que no es visible a los ojos, digamos, en términos de evidencia. empírica. Tiene que ver con aquello que subyace y que podríamos denominar la transformación cultural que se necesita para que la equidad de género pueda ser evidenciada, vivida y sentida en las instituciones de educación superior. Generar un cambio cultural es lo que nos va a permitir avanzar hacia la igualdad y la equidad de género. Por lo tanto, no podemos pretender que esto sea inmediato o que sea automático. Me parece que es importante que eso lo comprendamos, porque no estamos reaccionando al cumplimiento de una ley, sino que debemos reaccionar y actuar con convicción, y eso es lo más relevante para que los cambios sean sustentables.