Para destacar los principales hitos del trabajo de la mesa técnica de Formación Ciudadana durante 2023- donde resalta el documento de Buenas Prácticas que incluye experiencias de las 18 Universidades pertenecientes al Sistema de Universidades del Estado (SUE)- y abordar los desafíos a futuro del espacio que funciona al alero del Proyecto Ethos II, el coordinador de las propuestas formativas en ciudadanía de la Universidad de la Frontera y representante institucional de dicha institución en la mesa, Gustavo Troncoso Tejada, dio cuenta en esta entrevista de los principales lineamientos en materia de ciudadanía con foco en las instituciones públicas de educación superior.
– ¿Cuáles han sido los principales hitos que han marcado el trabajo de la Mesa Técnica de Formación Ciudadana durante el 2023? ¿De qué manera avanza este espacio de trabajo en red de las Universidades estatales en cuanto a temáticas tan relevantes como ciudadanía y democracia activa, entre otras?
Entre los principales hitos destaca el documento de Buenas Prácticas, para conocer el abanico de experiencias positivas desarrolladas por las 18 Universidades del Consorcio (CUECH) en todos sus niveles estamentales y que en un sentido persiguen estimular el desarrollo de la formación ciudadana tanto en la formación profesional como en la cultura universitaria para la vida pública. Este hito resulta ser relevante pues impulsa una red de comunicación al interior de los distintos espacios del sistema educativo superior. Elementos que permiten conocer qué y cómo se desarrolla la evolución de la idea de ciudadanía en la cultura universitaria. Pese a que las redes sociales complementan estos puentes comunicativos, resulta esencial contar con un documento oficial que intente recoger las distintas experiencias para amplificar la calidad del diálogo interuniversitario. Por lo tanto, este hito desarrollado desde la Mesa Técnica de Formación Ciudadana resulta ser esencial para acortar las brechas comunicativas en las universidades públicas del territorio nacional.
– En ese sentido, y considerando otro de los objetivos que zanjó la Mesa de Formación Ciudadana para este 2023 ¿Cómo se ha asimilado el desafío de instalar esta temática en la comunidad universitaria? ¿Qué otro insumo cobra relevancia en este proceso?
Aquello hace referencia al Plan de Apropiación de la Mesa, cuyo propósito es instalar la temática de competencia de formación ciudadana y algunas orientaciones para integrar la formación ciudadana en las Universidades estatales. Este esfuerzo en general estimula la participación al interior de las universidades e invita a reflexionar sobre la praxis cívica tanto de manera individual como colectiva, tanto para la mejora de los programas de enseñanza como para el desarrollo de actividades y planes estratégicos en las comunidades universitarias y el medio externo local y global.
Además, es importante mencionar el avance en materia de diagnóstico, el cual sin él complejiza la toma de decisiones en los distintos niveles al interior de cada una de las 18 universidades. Este insumo, permite guiar el desarrollo de lineamientos más robustos para integrar en la educación superior pública valores para la convivencia y la mejora de la calidad del sistema democrático, sobre todo en tiempos de incertidumbre y rupturas sociales dadas por la continuidad de movimientos sociales en los últimos 15 años, la Pandemia Global y los ensayos constitucionales de los últimos años.
– Ahora bien, ¿Cómo se proyecta la labor de la Mesa Técnica para el 2024, considerando que se hace necesaria la implementación de las propuestas en las que ha venido trabajando este grupo conformado por representantes de las 18 Universidades del Estado?
Las responsabilidades en el ámbito de la ciudadanía son amplias y, sin duda, abordarlas todas desde la mesa técnica es una tarea compleja. No obstante, este espacio se configura como un escenario que posibilita sensibilizar, ampliar, profundizar y, al mismo tiempo, operativizar colectivamente las diversas ideas para avanzar en el complejo desarrollo de la formación ciudadana.
En este contexto, resulta crucial mejorar la calidad de los elementos ya establecidos, como el curso de sensibilización sobre Formación Ciudadana. Este curso podría ampliar su objetivo de sensibilización al avanzar de manera más directa hacia la estimulación y aplicación de metodologías participativas en este ámbito. Si bien la participación convencional, la cual por lo general se da desde arriba hacia abajo, abarca elementos legales y clásicos de la participación cívica y social, como el voto y el sistema de partidos políticos, representaciones que siguen desempeñando un papel clave en la toma de decisiones legislativas en el Congreso Nacional. Asimismo, la participación no convencional, la cual ocurre de abajo hacia arriba, también juega un papel fundamental al estimular y presionar los elementos más tradicionales.
– ¿Es entonces la participación un condicionante para el éxito de la apropiación de estas temáticas en las comunidades universitarias?
En este sentido, la participación desde las juntas vecinales, las agrupaciones estudiantiles y sociales, entre otras, movilizadas generalmente para impulsar un cambio en la sociedad, desempeñan un papel determinante en la esfera social pública. Estos actores ganan cada vez más espacio y, al mismo tiempo, se vuelven más complejos debido a las diversas realidades sociales. Por lo tanto, las metodologías de participación se convierten en elementos clave que podrían impulsar la sensibilización y la comprensión de un elemento dinámico como la ciudadanía, en medio de un contexto agitado en el cual el concepto de universidad pública constituye un elemento central para el desarrollo de las capacidades profesionales de los diversos actores universitarios.
Adicionalmente, el desafío de influir activamente en la incorporación de la formación ciudadana como parte del sello identitario del Sistema de Universidades Estatales (SUE) se alinea directamente con lo mencionado anteriormente. En la medida en que se fomente la participación, será posible distinguir y ampliar elementos que las distintas universidades desarrollan en materia de cultura ciudadana.
¿De qué manera, en cuáles productos y hechos concretos se consolidará la labor de la mesa de formación ciudadana durante 2024? ¿En qué se sustenta el compromiso de los/las integrantes de este espacio para lograr avanzar en los hitos que sustentan su propio plan de avances?
Uno de los desafíos destacados para el año 2024 reside especialmente en el desarrollo del proyecto Ethos II como un ámbito de trabajo estratégico destinado a elevar la calidad del diálogo no sólo en materia de ciudadanía, sino también en otras temáticas cruciales como el género, la inclusión, la diversidad y la movilidad, entre otras. Este proyecto colectivo perteneciente a las 18 universidades públicas posibilitará avanzar en la construcción de un lenguaje común que unifique criterios mediante la articulación basada en el respeto fundamental a los derechos humanos y la convivencia social.
En virtud de lo anterior, el compromiso de cada integrante se orienta hacia el desarrollo colectivo con el fin de mejorar la calidad del diálogo, buscando abordar los diversos problemas asociados a las temáticas mencionadas anteriormente. Estas cuestiones sin duda forman parte del debate actual en un contexto marcado por las tensiones y rupturas sociales y democráticas. En este escenario, el Proyecto de Red de Formación Ciudadana se erige como un eje fundamental en la labor de las Universidades públicas y el fortalecimiento de la democracia. A través de un trabajo articulado y colaborativo, esta Red puede impactar para ampliar y mejorar en la formación de futuros profesionales comprometidos con la realidad nacional, la diversidad territorial y sus respectivas necesidades.
Finalmente, ¿Qué tan importante es este espacio para llegar a nociones comunes entre las Universidades estatales acerca de discusiones como: ciudadanía, participación, democracia, etc? ¿Cuál es el compromiso del SUE para con la instalación y apropiación de esas temáticas en las comunidades universitarias?
La importancia de este espacio radica en el rol público de las Universidades del Estado, rol que dado el contexto actual está en constante cambio y en una disputa constante y necesaria que precisa enriquecerse de las distintas miradas políticas y sociales. En ese sentido, dicho espacio se sitúa en concreto en los desafíos de la Ley 21.094, la cual busca “asumir con vocación de excelencia la formación de personas con espíritu crítico y reflexivo, que promuevan el diálogo racional y la tolerancia, y que contribuyan a forjar una ciudadanía inspirada en valores éticos, democráticos, cívicos y de solidaridad social, respetuosa de los pueblos originarios y del medio ambiente”. Desde esta perspectiva, el compromiso del SUE y de la idea de universidad que se disputa en las distintas instituciones, no pueden limitar su participación directa y activa en este proceso, sobre todo para intentar operativizar la ley y esta no quede en una declaración laxa. Lo anterior, debido a que una de las demandas de la formación del profesional para el siglo XXI es prepararlo para que ejerza su función cívica y ciudadana en el contexto social con el máximo de pertinencia científica y capacidad de acción humanística y compromiso social.